lunes, 30 de agosto de 2021

Presentación del libro "El Portón de las brujas". María Lorena Vargas Víquez

 Hoy, sábado 28 de agosto del 2021, es un día especial, porque hoy presentamos el producto

de un proyecto singular y muy significativo para nosotros. Cuando digo nosotros me refiero a los presentes y los ausentes que forman estas comunidades. A los que formamos comunidad de una manera u otro compartiendo quehaceres, historias y experiencias de vida.

Nos reúne aquí El portón de las brujas, cual caja de los tesoros, muestra la magia del esfuerzo de un encuentro mágico, de Danilo Pérez Zumbado.

Han participado en este hermosísimo proyecto muchas personas, organizaciones y hasta el mismísimo gobierno local. Han participado de muchas maneras como un esfuerzo comunal que da vida y sentido a una verdadera comunidad, por sus diversos relatos y textos; son sin duda alguna, reflejo mismo de estas tierras y sus gentes.

170 páginas de ilusión, sueños, penas, angustias y esperanzas se vierten en papel y tinta. La magia nace entre lo que se mira, lo que se siente. Nace del pensamiento, de la magia del pensamiento a través de las palabras, las imágenes y el vuelo de nuestras mentes.

Más de treinta textos, singulares y siempre significativos, unos en solitario, otros a duo. Unos engarzados en el tiempo y otros en nuestros pensamientos mágicos; aunque se mezan en la ficción, todos tienen raíces en las experiencias, en la vida, en el sentir de personas reales y concretas; es decir en existencias.

Historias haciendo historia, personas haciendo comunidad, es decir patria. Nada mejor en este momento del bicentenario de nuestra independencia. Este libro reúne imágenes, entre ellas las fotografías de Gonzalo Sánchez Villegas, las acuarelas de Alejandro Villegas Venegas, el arte de la portada de Andrés Delgado Vargas. También reúne los esfuerzos de Juan Carlos Murillo Sánchez, Ana Isabel Hernández González, Oscar Pérez Zumbado, entre otros; y por supuesto de la Asociación Cultural El Guapinol y de la Municipalidad de Belén como una muestra mas de la larga colaboración mutua desde siempre. Este tipo de apoyo mutuo se nutre de estos magníficos trabajos colaborativos entre el gobierno local y las organizaciones; mostrando así que somos comunidad, que somos capaces de unirnos, que las acciones basada en nuestras políticas culturales dan vida a nuestra comunidad.

24 escritores nos regalan su creatividad, su labor de investigación y su imaginación. Lograr articular la sensibilidad de 24 escritores es una tarea con gran proyección, en estos textos encontramos experiencias de vida, datos históricos, testimonios de eventos muy importantes para nosotros, personajes muy queridos de nuestro imaginario; en ellos se codean las líneas del tiempo, se sientan a tomar café el pasado y el presente, se abrazan los desposeídos y los privilegiados. Cada uno de estos textos aporta a la memoria histórica comunal de diversas maneras, en unos fortalecen a personajes actuales, en otros personajes de nuestra historia; en unos se dan testimonios de hechos pasados y en otros nos señalan sutilmente las luchas presentes de nuestras comunidades.

Un libro como este es una caja de tesoros, un joyero; pero depende claramente del lector, es el lector quien le dará vida a cada uno de estos tesoros. Este libro necesita imperiosamente estar en las manos de cada persona que forma parte de esta comunidad; es indispensable que cada escuela promueva su lectura, que cada educador de este cantón lo conozca y lo utilice.

El efecto que produce en mi este libro es una experiencia de vida, un verdadero turno, un carrusel de sensaciones y pensamientos.

Me refiero a los turnos de antes, cuando niña acostumbraba a imaginar que era una extraterrestre, que mi misión era observar y comprender a los terrícolas; entonces un turno de los de antes era una oportunidad riquísima para observar el comportamiento humano; pero como terrícola que soy, como humana, era yo la que vivía miles de sensaciones ante esta observación.

Sufría ante la mirada de un niño-amigo que quería ganarse la rifa y no podía comprar el numerito. Gozaba ante la sorpresa del señor-conocido que ganaba la rifa del ternerito demasiado flaco.

Así me pasa con este libro que me hacen evocar, recordar y revivir las historias de mi abuelo Froilán, los panes de mi abuela Chepa, la rebeldía de mujer consciente de mi bisabuela Rafaela, los interminables bailes en primera persona, las tragedias del tren, pero también los innumerables paseos en tren, la abundancia de unos junto a las pobrezas de otros, la entrañable ternura de los seres humanos.

Vienen a mi encuentro, los personajes importantes en mi imaginario como Luisa, María Chunches, los maquinistas, las apariciones del cementerio, los novios de las belemitas, Don Queco, papa Memo, mama Tere, San Pedro, la chancha, la muchacha, los o las que llevaban el almuerzo, así todos los personajes del libro y fuera del libro.

Es reconfortante encontrar los lugares conocidos de antes y de ahora; que antes fueron de una manera y que ahora se le parece, como: Potrerillos, La Fuente, La Plazoleta o Barrio Fátima, La Cañada, la casa del molino, la casa de Godo Chaves, el Cine Murillo, Puente Mulas, Los Playones, Quebrada Seca, El Desmonte, El Ojo de Agua, La Quimagra, la Ticatex, El Palenque, la estación del tren y así miles de lugares comunes o imaginarios. Los lugares de antes, no son los de ahora, pero puede que se le parezcan.

Quisiera terminar agradeciendo enormemente este privilegio inmerecido de presentar este libro llamado El Portón de las Brujas, llamado así por uno de los cuentos de esta caja de tesoros y porque abriendo este portón entramos a este mundo real y mágico a la vez.

El Guapinol y la vinculación internacional

Por más de dos décadas el vínculo que mantiene la Asociación con Casa de Poesía y la participación en el Festival Internacional de Poesía, l...