lunes, 13 de noviembre de 2017

A los habitantes de mi querido San Antonio de Belén.

Belén es un pueblo privilegiado, tocado por la mano de Dios. Protegido por nuestro Santo Patrón San Antonio y la Virgen de Lourdes en su gruta. Donde nacen aguas cristalinas para saludar al sol cada mañana y la luna se refleje en ellas cada noche. Un cantón cerca de las principales ciudades de la meseta central. Un pueblo lleno de virtudes. Somos como la Viña del Señor, habemos de todo y nos caracterizamos por mucho!. 

Siempre hubo inspiración, gente de buena escritura, gente de música, gente con deseos de hacer algo con el arte y por el arte. 

En el año 1974 se fundó la Academia artística Belemita. Gracias a sus fundadores se abrieron las puertas para que niños y adolescentes y hasta adultos, tuviéramos la oportunidad de descubrir la belleza del arte en diferentes formas sin necesidad de pagar un quinto. Coro, música, artes plásticas, danza, teatro y puede que otras que no recuerde pero lo que si tengo claro es la importancia que tuvo esta academia para que Belén siguiera luchando por el desarrollo cultural. Los padres de familia lo agradecieron y todavía siguen agradeciendo a nuestra comunidad las oportunidades brindadas a sus hijos de incursionar en el arte por medio de la Asociación cultural El Guapinol en diferentes ramas. 

Yo por mi parte agradezco al director de Coro Danilo Chavez y a mi siempre querida profesora del grupo danza "SEMBRANDO FUTURO" Jeannette Sosa por las oportunidades que me brindaron. 

Me hubiera encantado participar en este hermoso homenaje pero lejos estoy.
Como padres y alumnos que hemos tenido esta hermosa oportunidad, les hago un llamado a participar en este homenaje como forma de agradecimiento a todos los que pusieron un granito de arena para que la Academia Artística Belemita se hiciera realidad.
La vida es como un hermoso paisaje en donde, las aves, árboles y ríos se entremezclan para dar movimientos, sonidos y formas que inspiran y son expresadas por medio del arte. 

Giselle González Murillo.-Clarke

domingo, 22 de octubre de 2017

En boca cerrada

Presentación que efectúa la Licda. Emilia Villegas González al libro "EN BOCA CERRADA" de Ileana Calero (Colección Luna Roja, Guayaba Ediciones, 2017), en la Biblioteca Municipal Fabián Dobles Rodríguez de San Antonio de Belén. Sábado 21 de Octubre, 2017. 

En general, “en boca cerrada”, además de impedir el paso de las moscas, se mastican cosas que inquietan porque no se sabe lo que alimentan. Cosas que ceden al silencio por algún tiempo -o por un largo tiempo- mientras son metabolizadas en nuevas formas de verdad hasta que en el cuerpo de la palabra, se articulan y nos interpelan por fin. A ese momento, es al que nos convoca hoy aquí este primer libro de Ileana Calero. 

El propio título del libro es una declaración muy potente. “En boca cerrada”, evoca la primera parte de un refrán popular cuya otra mitad el lector conoce y que referiere a la ambivalente relación entre prudencia y censura. Esta idea, que conjuga la gracia lijera de su forma con lo oscuro de su contenido, no está exenta de humor y ecos de antipoesía, pues como en los chistes, el lector tiene “la otra mitad” que completa el sentido, lo cual es también una clave de lectura que nos propone la autora para el resto del libro, entendiendo que todo poema es imposible sin esa presunción de complicidad. 

Desde mi punto de vista, este libro está estructurado en progresión de lo simple y fragmentario hacia formas más elaboradas y en un recorrido elíptico que va del espacio interior a lo cotidiano compartido, de ahí al entorno y la memoria de paisajes y viajes y otra vez de regreso al espacio personal. Dentro de este universo, identifico algunos acentos temáticos en cada sección del poemario, por ejemplo: 

Blue moon. Esta primera parte del libro tiene mucho de arte poética -en mi opinión. Lo cotidiano está mediado por el deseo de escribir, en poemas como “Moleskin”, “Búsqueda”, “Vestigios de papel”, etc. la conciencia de la escritura y la presencia de la poesía, en poemas como “Nota de agradecimiento”, “Días temáticos”, “Blue moon”, “Todos mis muertos”, etc. o el homenaje a los que escriben: como Pizarnik o Dalton) así como referencias a la maternidad en poemas como “Atavismo” o “He parido”. 

Mea culpa. En la segunda parte, encontramos poemas que se refieren a la conciencia de sí dentro de ese campo de tensiones y silencios que abundan en la vida doméstica. Esto en poemas como: “Mea culpa”, “La ratesa”, “Ensayo de los objetos”, “Haikus”, “Todo gira en domingo”, etc. Aquí son muy importantes los detalles, referencias macro de una poeta-fotógrafa sobre rincones o elemenos de lo familiar, como la mascota, la habitación, el jardín, el sillón, la cama o el cuerpo. El cuerpo-carnal, la casa-cuerpo. Esto en poemas como: “Lugar común”, “De madera”, “Acumuladora”, “Mujer dormida”, “Egoísmo materialista”, “Fasmagoría”, etc.. 

En boca cerrada. Esta última parte, está llena de múltiples instantáneas de lugares y personajes en recorridos urbanos pero a la vez íntimos, por donde se ha viajado y vivido. En esta parte del libro se cumple aquello de que “lo que vemos nos retrata”, si bien en este caso además filtrado por una mirada atenta y muy física, más bien sinestésica, que enfatiza en los olores, las temperaturas, los sonidos desde un ritmo escritural que con gran habilidad realiza en sí mismo la experiencia de desplazamiento que la autora nos comparte.

 Es particularmente eficaz y significativo cerrar el libro con un poema que nos ubica de nuevo en el espacio íntimo y compartido de la casa, donde la distancia con el interlocutor al que se dirige el yo poético, es mínima y tensa, en una suerte de elipsis vertiginosa que da a los poemas anteriores el efecto de una ensoñación de la que se despierta, para volver a la densa y calculada tregua en la que, deberán medirse los espacios por donde la propia palabra podrá liberarse de nuevo. 

Este libro es el resultado de un proceso consistente y prolongado en el que su autora ha ido acumulando recursos que ha puesto al servicio de su oficio, a la vez que se ha permitido tanto la experimentación como la distancia crítica. Dos extremos a veces difíciles de conciliar pero necesarios al difícil arte de ir reconociendo la voz propia que nos conecta con lo universal que hay en los otros y con el mundo que habitamos.

 Gracias Ileana! Emilia Villegas González Sábado 21 de Octubre, 2017.

martes, 3 de octubre de 2017

Reconocimiento al trabajo.

Palabras de la Licda. Lorena Vargas Víquez, Presidenta de la Asociación Cultural El Guapinol al recibir reconocimiento por parte de Fundación Casa de Poesía al apoyo brindado por nuestra organización al Festival Internacional de Poesía de Costa Rica. Acto inaugural del XV I Festival en el Teatro Melico Salazar. 

"Buenas noches.

Un especial saludo al público porque son la razón de nuestros esfuerzos.
Un abrazo solidario a la Fundación Casa Poesía y a los organizadores.
A las autoridades y funcionarios del Ministerio de Cultura.

Representantes de las comunidades que participan en este festival
Y a todas las personas presentes por regalarnos su grata presencia.

La Asociación Cultural El Guapinol se siente sumamente agradecida por este reconocimiento. Nuestra asociación se sabe privilegiada por el aporte y el enriquecimiento que ha hecho el Festival Internacional de Poesía a la comunidad. Enriquecimiento  desde sus orígenes, porque hemos estado juntos desde la gestación de este Festival.

Este reconocimiento en el marco del 25 aniversario de la Asociación enaltece nuestro quehacer, y motiva a seguir trabajando. Trabajando en los ocho programas que desarrollamos durante todo el año, esperando tocar la vida de niños, jóvenes, adultos y adultos mayores con la práctica de alguna de las disciplinas artísticas.

Vale la ocasión para recordar el proceso para poder realizar el Primer Festival, vienen a mi memoria muchas personas que participaron desde la idea de Norberto Salinas Ollé. Entre ellos Marcelo Gaete, Álvaro Mata Guillé, Vilma Vargas Robles, Rodolfo Dada Fumero y esta servidora aquí presente. Muchas personas han aportado enormemente a este cíclico festival, porque los grandes cambios, las grandes acciones, siempre las hace los esfuerzos colectivos, las alianzas y el enriquecimiento mutuo.

Se necesitó sumar muchas voluntades para realizar estos 16 festivales. Muchas voluntades…

Un solo ejemplo, desde la Asociación, contamos con el aporte y la anuencia de las diferentes Juntas Directivas desde el año 2000, con el trabajo solidario y benévolo de los asociados, de los colaboradores y de sus fundadores. Sumar voluntades no es una cosa fácil, pero es necesario para la permanencia de cualquier quehacer, mas aún en el ámbito cultural.

La Asociación y la comunidad ha podido beneficiarse de la visita de mas de veinte escritores, que compartieron su visión del mundo a través de su obra. Entre ellos Saul Ibargoyen, Mariluz Suárez; Claribel Alegría, Vidaluz Meneses, Juan Carlos Abril, Juan Cameron, Guadalupe Elizalde, y muchos mas.
  

Hoy decimos gracias, porque ustedes han marcado la diferencia y se han sumada a este maravilloso esfuerzo llamado FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA."

Teatro Melico Salazar, 1 de octubre 2017.

jueves, 15 de junio de 2017

Hace 24 años hombres y mujeres con gran visión fundaron la Asociación Cultural El Guapinol, organización sin fines de lucro que con la implementación de programas, proyectos y actividades artístico culturales que han trascendido en el tiempo hemos contribuido con el desarrollo cultural belemita.
Gracias al Gobierno Local, autoridades educativas del cantón, organizaciones de adultos mayores, colaboradores  y población en general por apoyar nuestros procesos en pro de la formación integral, el mejoramiento de la calidad de vida, promover y difundir el trabajo de las y los creadores, propiciar valores y el rescate de nuestro patrimonio y tradiciones en beneficio de toda la familia belemita.
Hoy inicia el primer día de la celebración de nuestro 25 aniversario en pro de la cultura belemita y nacional.

jueves, 11 de mayo de 2017

Himno a la Ribera

Al devenir de la historia
se me viene a la memoria...
Hablar del pasado aquel
que en las tierras de Fidel
nace la incipiente aldea.

Aunque usted no lo crea
eso que sucedió fue
antes que la inmaculada
no tenia ni una posada.

Y antes que en sus callejones
donde Emilio y Chico Sonto
se dieron de pescozones
no se podía transitar.

Y parecía un valladar
sus aguas y sus barriales.
Las carretas de los Chaves
se iban hasta los parales.

Vinieron tiempos mejores
y del pueblo en sus albores.

En las tardes veraniegas
viendo ese color bronce
mientras Cuyo deleitaba
cantándonos misa de once.

O con algún son de marimba
Pedro Guaco dando brincos
alegraba los domingos
los visitantes de entonces 
y en las fiestas patronales
se armaba la algarabía.

Al acorde de la marimba 
tocada con maestría
por los Guacos y Juan Campos.

Sentándonos en los bancos
saboreábamos tamales
servidos por Doña Carmen
la reina de la cocina.

Que con Anita y con Tina
del comer hacían delicias.

Y faltaban más albricias
en el juego de veteranos
donde el viejo Licho Campos
 con pañuelo en la cabeza
demostraba su destreza
a los muchachos de entonces.

Dirigidos por Chapupa
del banco la novedad.

Llego la modernidad
y se fueron las costumbres
vivimos bajo techumbres
de artesonados barrocos.

De la historia quedan pocos
pero quiero recordar
dedicando con amor
a mostrar el esplendor
de una forma muy somera
de esta señorial Ribera.

Autor
Alejandro Oviedo González

El Guapinol y la vinculación internacional

Por más de dos décadas el vínculo que mantiene la Asociación con Casa de Poesía y la participación en el Festival Internacional de Poesía, l...